- Alessandro Michele se estrenará en los próximos meses como director creativo de Valentino
La noticia de que Alessandro Michele tomará las riendas de Valentino significa que la inesperada marcha de Pierpaolo Piccioli hace tan solo unos días no ha sorprendido tanto a los conocedores de la marca. Los nombramientos de directores creativos tardan meses en producirse –sobre todo, debido a las cláusulas de no competencia– lo que sugiere que Michele, ex diseñador de Gucci, ha estado esperando en silencio durante algún tiempo.
El nombramiento tiene sentido. Valentino es una casa italiana que crea en casi todas las categorías de la moda. Tiene dos Pantones registrados (Rosso, por el eterno amor de su fundador Valentino Garavani por el rojo, y PP, un guiño alegre a las ganas de vivir de Piccioli). No cualquiera es capaz de conjurar un tono viral, producir bolsos y zapatos It (¡adiós a los Rockstud!), conseguir que celebridades que generan mucho dinero se conviertan en embajadoras, supervisar la belleza y la superlativa línea nupcial, todo ello mientras deja una huella indeleble en el panorama de la moda. Michele tiene experiencia en todo esto, gracias a una revisión completa de Gucci en 2015, y, seguramente, tiene la vista puesta en el brazo de alta costura de su nueva casa italiana.
¿Qué podemos esperar?
Michele es un soñador. Se nutre de la mitología, la historia y los cuentos de hadas. Su lenguaje está plagado de folclore. Se imagina a las modelos caminando por la pasarela con la cabeza decapitada. Se las arregla para operar en un plano superior de misterio y, al mismo tiempo, ser el mejor amigo de Dakota Johnson. Está obsesionado con los gemelos y se le dan bien los accesorios. Construir un mundo es su fuerte y, lo que es más importante, Michele ha tenido 14 meses para pensar en qué podría canalizar sus amplias inspiraciones.
Su declaración –y la repetición de la palabra «alegría» en el discurso completo– sugiere que va a profundizar en el romanticismo en el corazón de la casa cuando asuma su cargo el 2 de abril. «Mi primer pensamiento se dirige a esta historia: a la riqueza de su patrimonio cultural y simbólico, a la sensación de asombro que genera constantemente, a la identidad tan preciosa que le dieron con su amor más salvaje los padres fundadores, Valentino Garavani y Giancarlo Giammetti», dijo Michele, alabando la «elegancia distintiva, el refinamiento y la gracia extrema» de la marca.
Cuando Alessandro fue nombrado director de Gucci, Kering no emitió ninguna declaración al respecto porque, en aquel momento, Michele era un diseñador de accesorios relativamente desconocido que había ascendido en el escalafón a través de Frida Giannini. Tras su salida de la marca, con pocos rumores previos en el sector, François-Henri Pinault, Presidente y Consejero Delegado de Kering, declaró: «Su pasión, su imaginación, su ingenio y su cultura sitúan a Gucci en el centro del escenario, donde está su lugar».»Pocos pensaban que Michele volvería al conglomerado que le había expulsado de su círculo más íntimo tras haber dado la vuelta a la fortuna de Gucci (los ingresos se triplicaron durante su mandato), pero en el contexto de un panorama minorista inestable, Pinault espera que Michele tenga el mismo toque de Midas en Valentino.
La decisión llega en un momento en el que la moda se encuentra… un poco perdida. Tras el desmoronamiento de la calle, la esfera digital también ha sufrido un duro golpe. Matches Fashion, un gigante del lujo muy querido y arraigado en la familia que siempre iba por delante con sus compras, pereció bajo la adquisición del Grupo Frasers de Mike Ashley (Dios salve a nuestro Raey), y los informes de beneficios en todos los ámbitos no son positivos a raíz de la recesión. Los directores creativos dimiten –o son destituidos, según lo que se lea– a diestro y siniestro, con vacantes actualmente en Givenchy, Blumarine y Dries Van Noten. Cuando el mesías de la moda, silencioso y colorista, abandonó su propia marca el 19 de marzo, los editores estaban fuera de sí. Una colaboradora de Vogue incluso pidió privacidad «en estos momentos difíciles».
El regreso de Michele abre la esperanza de un cambio. El mundo necesita urgentemente un poco de fantasía, y esa es la tarjeta de visita de Alessandro. Cuando presentó su innovador debut en Gucci hace casi una década, Nicole Phelps, deVogue, comentó que «tras un periodo de minimalismo pulido y la sencillez del normcore, la celebración de Michele de un estilo individual que rompe las reglas está resonando».
Publicado Originalmente por : VOGUE