La ansiedad, generada en muchos casos por el estrés del día a día, es una condición que no debe tomarse a la ligera por los efectos que puede llegar a provocar en el sistema inmune o digestivo, el sueño y rendimiento. ¿Se puede lograr apaciguarla con comida? Falso.
La alimentación se ha convertido en una actividad totalmente automática en la cual casi no se presta atención o concentración, cuando comer de una manera equilibrada y ordenada es fundamental para mantener el cuerpo y mente estable. Sandro Monzante, Head Coach en M2 Gimnasio Boutique recomienda crear un balance y reorganizar nuestros hábitos como:
1. Diferenciar el hambre real y la sensación de hambre
Es imposible sentir sensación de hambre fisiológicamente si el estómago está lleno, por ello es vital aprender a comparar. Existen dos maneras de identificarlas, el hambre por ansiedad busca la relajación mediante la comida mientras que si se trata de una necesidad se tendrá una sensación de vacío en el estómago que alerta que se necesita “gasolina”. El especialista recomienda, el consumo de agua cada vez que se experimente esa sensación.
2. Planificación de comidas
La organización es la pieza restante para el inicio de un hábito saludable, planificar entre cuatro y cinco comidas al día a la misma hora ayudará a que el organismo se acostumbre y funcione como un reloj. Además, respetar los horarios y tener conocimiento sobre información nutricional será de gran ayuda.
3. Canalizar la ansiedad
La insatisfacción no se calma necesariamente con comida. Optar por actividades que canalicen la ansiedad, por ejemplo, optar por realizar ejercicio de manera regular. 50 minutos, 3 veces por semana sería la dosis ideal para mantener un buen balance.
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