La colección Otoño – Invierno 2018 de Salvatore Ferragamo marca un nuevo capítulo para la histórica casa de moda. Paul Andrew presenta su colección inaugural como Director Creativo de toda la colección para dama (Ready To Wear, calzado y accesorios), uniéndose a Guillaume Meilland como Director de Diseño por la parte de caballeros.
Esta colección encuentra su motivación en los bordes desgastados de la decadencia moderna: un outfit pensado para ser usado durante todo el día, desde las primeras horas de la mañana hasta la noche. Emerge una nueva construcción de vestimenta: formas familiares minimalistas regresan, sueltas y alargadas con una funcionalidad ligera y sublime. Siluetas tradicionales se disuelven hábilmente para tomar los códigos contemporáneos y formales. Los materiales son revelados: de lujosas pieles a lanas italianas, de pesadas sedas asargadas y suave algodón. Amplios toques de color presentados en su paleta de colores: rojos merlot y amarillos mostaza se mezclan perfectamente con el verde perico y azul obscuro vaticano entre toques de color carne y rosado. El calzado, la clave de la famosa historia de Ferragamo, es la esencia de una colección que fue visualizada a propósito desde el inicio.
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La colección para dama encauza con facilidad el refinado legado de Ferragamo iluminada con una frescura vigorosa. La piel es un material fundamental, abrigos de piel de becerro con forros de cashmere extremadamente suave y botas elásticas a la rodilla en nabuk y avestruz. Pantalones en piel de nappa brillosa y mezclas de lana-seda son confeccionados sensacionalmente para llamar la atención hacia abajo, hacia el zapato. Los tejidos están diseñados para complementar las piezas de piel: vestidos tipo suéteres de cashmere hasta ponchos. Los vestidos tipo camiseros de vestir son confeccionados del material de las mascadas de seda extraídos de los archivos. Tacones galvanizados en bloque y en tres alturas – cuyo acabado brillante metálico fue realizado en fábricas de automóviles – han encontrado su fuente de inspiración en los estilos de Ferragamo de la época de 1930, hallados en los archivos. Botas a la rodilla en lana merino se tiñen en verde y rojo como las alfombras de los años 70 y se encuentran forradas internamente con piel de becerro deliciosamente suave.
La ropa de caballero es una interpretación elevada a lo funcional: piezas auténticas han sido estudiadas nuevamente y revisadas con una construcción innovadora. Camisas en seda, sarga, piel y lana – se caracterizan por terminados bordados a mano por maestros de la sastrería – forman el ancla de la colección, y hacen eco a las piezas para dama. Las capas le traen fluidez al guardarropa de invierno. Las gabardinas de algodón diseñadas para la lluvia son renovadas en siluetas relajadas y modernas; en el interior, el forro de seda estampado introduce una pequeña insinuación a un patrón oculto. Chamarras de corte inglés, alargadas y de gran tamaño en comparación de la original, es diseñada en doble lana- cashmere y con hombreras de piel.
La completamente nueva, “The Studio Bag” en piel de cocodrilo, avestruz, lana y suave piel de becerro es el complemento ideal para los pequeños bolsos Camara y las espaciosas Roomy, con un forro estampado tomado de telas de corbata. El doble gancino, icónico logo de Ferragamo, se encuentra representado como una hebilla ornamental: sobredimensionado en la talonera de los zapatos para caballero y a la cintura como en los cinturones de damas.