El maximalismo que domina las joyas en tendencia de primavera-verano 2021 no hace sino responder a ese auge de los accesorios on screen que se viene experimentando desde el inicio de 2020 y que se hace eco de un movimiento sociocultural y económico (el de las videollamadas y el teletrabajo) que se ha visto acelerado por los acontecimientos del año.
Eslabones
Es un éxito que se ha ido gestando poco a poco, desde 2018. Fue cuando el street style empezó a recuperar este tipo de accesorio que trae reminiscencias del exceso de los 80 y de parte del inicio de los 2000. Es ahora cuando ha puesto de acuerdo a Givenchy, Victoria Beckham, Sacai, Jil Sander o Louis Vuitton, que también incide en su versión pulsera, como también hacen Chloé o Hermès. No hay restricciones en cuanto a acabados, materiales o tonos: la única máxima a seguir es que el tamaño XL tiene las de ganar.
Pendientes XL coloridos
Mientras que antes el minimalismo de los metales era la norma, el verano que viene tiene más que ver con la evasión y el escapismo, que en materia de joyería y bisutería se traduce en altas dosis de color, presentes sobre todo en los pendientes (ahí están de nuevo los complementos pensados para las videoconferencias). El rosa fucsia, perlas mediante, está en Chanel; el turquesa, en Valentino, el rosa pastel, en Versace y el verde en Erdem.
Pendientes maximalistas y festivos
Aunque los collares tienen un gran protagonismo desde hace varios meses, los pendientes son esa joya que parecen hechas por y para esta nueva era en la que la comunicación cara a cara a través de la pantalla hace que el rostro y todo aquello que lo rodea cobre una nueva importancia. Si a esto se le suma cierto espíritu de celebración, se tienen los adornos XL y brillantes de Balenciaga, Paco Rabanne, Simone Rocha, Y/Project o Stella McCartney.
Perlas
En 2017 fue cuando empezaron a llenar todos los lugares posibles, zapatos y moños incluidos. Para la siguiente primavera, sus espacios favoritos oscilan entre los collares, como los de Chanel o Emilia Wickstead, y los pendientes de todo tipo, como los de Simone Rocha, Erdem o Tibi.
Joyas con formas figurativas
Las colecciones parecen querer olvidar la realidad a base de fantasía, así que no deja de ser irónico que una de las mayores expresiones de ese delirio sea, precisamente, el recrearse en objetos reales para que se hagan dueños de la joyería. Es posible encontrar iconos que las casas de moda quieren reivindicar, como el Chiquito de Jacquemus convertido en colgante; algo parecido a lo que sucede con los bolsos de Chanel o las botas de MM6 Maison Margiela. Pero también hay espacio para la naturaleza que se añora y que es el sumun del escapismo, como sucede con las estrellas de mar de Versace o los pájaros de Coach.
