Cada vez son más las casas de moda que integran prácticas sustentables en su cadena de valor. Esto se da como respuesta a las demandas de un consumidor cada vez más informado y consciente con su entorno, al que se le hace muy fácil ser parte de una comunidad virtual con personas que comparte sus intereses e inquietudes. Con ello, cada vez más lo modelos de producción de “moda rápida”, que promueve la compra desmedida y el desecho frecuente de ropa, quedan en obsolescencia.
Como ejemplo, muchas cadenas de venta de ropa han adoptado programas de recolección de ropa usada para darle una segunda vida a las telas que la componen. Incluso, promueven estos esquemas con descuentos especiales que entusiasman a los consumidores. En el mismo sentido, hay marcas de ropa que han sabido confeccionar productos a partir de material reciclado. Un claro de ejemplo es el desarrollo de PrimeGreen de adidas.
Esta es una tela de material reciclado que adidas creó con el objetivo de reducir el uso de poliéster en más de 50%. PrimeGreen se caracterizan por no contener plástico virgen, que es el que genera más desechos de polietileno. A partir de esta, la marca ha creado su cápsula “Clean Classics”, en la cual ha reformulado sus modelos más icónicos de zapatillas, confeccionándolas con, al menos, un 50% de material reciclado. “En el diseño se ha integrado una suela hecha en un 90% de caucho natural y un 10% de caucho reciclado; además, durante la producción se afinaron los patrones de corte con el fin de reducir residuos y desperdicios,” comentó Omero Orlandini, Jefe de categoría adidas Originals en Perú.
Este tipo de prácticas deben aplaudirse y destacarse para que sean imitadas. Como bien menciona adidas en su campaña de promoción para “Clean Classics”, las zapatillas no salvarán el mundo por sí solas, pero son un recordatorio de que debemos ir por opciones que sean más amigable con nuestro medioambiente. Sobre todo, marcan una diferencia en una industria que es altamente contaminante y que requiere, en su totalidad, integrar prácticas sostenibles.
Viendo el lado positivo, vemos cómo cada vez más se crean tecnologías que ayudan a que las prendas repelan la suciedad por sí solas, reduciendo la frecuencia de lavado y, en consiguiente, la cantidad de agua utilizada. De igual manera, nos entusiasmamos cuando nos enteramos que las principales casas de moda han venido implementando fuentes orgánicas para la coloración de prendas (a partir de bacterias por ejemplo). Estas se han ido incorporando al modelo de negocio con el fin de disminuir el impacto ecológico de la producción.
La industria de la moda debe seguir transformándose para ser totalmente circular. Felizmente, en los últimos años, varias casas de moda han ido mejorando sus diseños priorizando la reutilización de prendas, la reducción de residuos y desperdicios y la protección de los ecosistemas. Se debe crear ropa pensando en la próxima vida que esta tendrá para asegurar un impacto positivo en el planeta.
Por el momento, lo que queda es seguir ejerciendo presión como consumidor, confiar en la ciencia y promover la aplicación de nuevas tecnologías, como la bioingeniería, para que se empleen materiales más respetuosos con el medioambiente y, por tal, con las futuras generaciones.