La marca peruana «Höseg» permite abrigar un niño y plantar un árbol en el Cusco.

por podium

La historia de la marca peruana outdoor que nació en 2013, luego de un viaje de los hermanos Sznak y al cabo de este tiempo ha entregado ya 17924 casacas solidarias por la venta de sus casacas. Hoy tienen otro sueño: plantar 90 mil árboles en Cusco y Huancavelica.

Höseg significa calor en húngaro. Cuando los tres hermanos Sznak iban de campamento, se perdían en la selva, huían para encontrar paz, esa era una de las palabras más presentes en la ruta. En húngaro, por su papá, o en español, también por él. O por el frío de los andes peruanos que se siente rumbo a Cancha Cancha, por ejemplo, un pequeño poblado a 20km del Cusco, caminando. O por la indiferencia de saber que a muchos más, a miles de kilómetros, todavía existe una Lima indiferente que no sabe -o no recuerda, que es peor- que existen familias enteras cuyo único abrigo en las heladas son dos calaminas y su propia piel.

Höseg, calor en húngaro, es también una marca peruana outdoor fundada por esos mismos hermanos Sznak que vieron eso junto a su padre y no lo olvidaron. Hoy, a partir de un trabajo que ya cumplió 7 años, han podido abrigar a 17.924 niños en los andes del Perú.

Para quienes creen que un libro no es regalo: fue la autobiografía de Blake Mycoskie, fundador de Toms, el que lo convenció de que la idea de formar una empresa que sea rentable en la misma proporción en que sea sostenible para el planeta, era la correcta. “Las mujeres, no tengo ninguna duda, son los verdaderos motores del cambio. Ella me regaló el libro y transformó nuestras vida”, dice Juan Carlos Sznak, gerente general de Höseg, arquitecto, esposo, hijo. Junto con sus hermanos Patrick (ingeniero) e Ian (comunicador) habían tomado un avión al Cusco en uno de esos viajes de desconexión y constataron, otra vez, que la brecha entre Cusco capital y Cusco periferia era inmensa. Y no se medía en kilómetros. “¿Cómo podemos enfocar nuestra energía para ayudar? ¿Qué podemos hacer? Nosotros crecímos en una familia que fue una bendición, fuimos privilegiados. Nunca nos sobró nada pero tampoco nunca nos faltó nada. Y crecimos en un clima de empatía”, recuerda Juan Carlos, el mayor de los hermanos Sznak. El viaje los cambió.

El libro sobre la historia de Toms, una marca que trabaja bajo el modelo de Compra uno, Regala uno, los empujó: fueron al banco, consiguieron un préstamo, a una de esas increíbles tasas de los bancos peruanos, hablar con gente especializada en ventas por retail y decidieron fundar Höseg. La primera apuesta fue sacar una línea de casacas outdoor con la que consiguieron abrigar a 300 niños. El rostro de los pequeños y pequeñas que he visto en las fotos de aquella primera vez en Cancha Cancha, Cusco, no tiene diccionario que lo explique.

Hoy quieren plantar 90 mil árboles en la selva del Perú.

“Somos como el niño de la clase que levanta la mano y nunca lo miran”. Así define Juan Carlos Sznak a los empredimientos sostenibles en el Perú. Con ironía, también con esperanza: sabe que en los últimos años hay una conciencia que ha despertado en el mundo, en el Perú, sobre la verdadera relación que debe haber con Tierra. No somos dueños del planeta, debemos ser unos agradecidos.

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