Givenchy vuelve a los orígenes #PFW

por podium

Descubrimos las cinco claves más destacadas del desfile de primavera/verano 2024 de Givenchy en París, en el que Matthew M. Williams ofreció una visión romántica de la firma francesa a base de elegantes trajes de falda y motivos florales.

Para Matthew M. Williams, una flor es una flor

Toda una estética en sí misma, los códigos históricos de Givenchy encajan a la perfección con la sed actual de elegancia silenciosa. Matthew M. Williams vio acercarse esa ola hace varias temporadas y no ha dejado de reducir y refinar su propuesta en la casa. Esta temporada, ha infundido a su «nueva elegancia» –como él la llama– un aire de romanticismo inédito hasta ahora en el diseñador, que más bien se dio a conocer por su manejo las aplicaciones metálicas de aires industriales y los tratamientos con materiales duros. Ahora, es el turno de las flores. «Puede que os sorprenda, pero en realidad es algo que muy natural en mí. Dedico gran parte de mi tiempo libre a la jardinería. Me apasionan las flores. Es mi mayor afición», dice comentando, entre otras actividades, el jardín que tiene en su ático parisino.

Vimos un Givenchy romantizado

«Si extraemos los denominadores comunes de la elegancia, la flor es ineludible. Me pareció interesante desarrollar un lenguaje floral que reflejara tanto los archivos de la maison como mi persona», explicó Williams. Recurrió a los archivos florales de Hubert de Givenchy, otro jardinero entusiasta, y los reelaboró y adaptó en forma de motivos pintados a mano y bordados sobre los vestidos, estampados como de porcelana en finísimos tejidos y accesorios y en los metales de las joyas. Las flores aportaron una sensación de ligereza y optimismo a la oscura y austera sofisticación que define el tono del armario de Williams en Givenchy –espíritu también en sintonía con el ADN de la casa– y dieron testimonio de la continua evolución creativa del diseñador en la casa.

Los trajes de falda tomaron un giro contemporáneo

La exploración del romanticismo de Williams alcanzó a otros tropos: volantes de encaje que sobresalían de los escotes de los vestidos, fajas esculpidas envolviendo el busto y vestidos y faldas intervenidos con perlas, cristal y vidrio para aportar el factor brillo. Estos elementos dialogaban con piezas más realistas que sentaban las bases de la colección. La sastrería fue protagonista, tanto en siluetas afiladas y escultóricas como en chaquetas de doble botonadura, suaves y oversize, subrayando el enfoque contemporáneo y cómodo que imprime Williams al armario Givenchy. El diseñador defendió el traje de falda con siluetas largas que cortó por detrás con una curva muy favorecedora, línea que se repetía en los escotes de los vestidos. Los abrigos de ópera de satén en los colores de las flores fusionaban el rigor de la sastrería con un romanticismo más desenvuelto.

Elegancia, sí, pero realista

«Es un diálogo entre las manifestaciones contemporáneas de la elegancia y la herencia de Givenchy, que en muchos aspectos ayudó a definir nuestra idea de lo que significan esas palabras. En ese sentido, hay algo muy instintivo en la elegancia cuando se trata de Givenchy. Quiero aplicar ese instinto al presente», dijo Williams. Su colección reflejaba una elegancia actual fundamentada esencialmente en una realidad: una en la que la mujer Givenchy puede proyectarse; una realidad deseable, directa y sencilla. Como diseñador, Williams se muestra cada vez al servicio de la casa Givenchy y de los deseos de su clientela.

Williams reinventó la carpa de desfiles

Diseñada por el arquitecto Gabriel Calatrava, el set del desfile, erigido en los terrenos de la École Militaire, jugaba con las líneas de la típica carpa de desfiles que llevamos viendo en la profesión durante los últimos 40 años. En lugar de construir la clásica carpa cuadrada, Calatrava invirtió la estructura y abrió el espacio colocando telas suspendidas sobre esqueletos de alambre. El resultado fue un entorno escultórico que también guardaba paralelismos con la propia colección. Williams presentó zapatos de tacón de aguja envueltos a su vez en una tela suspendida en torno al talón y bolsos montados con hebillas arquitectónicas y cierres que evocaban esa misma idea de armazón.

 PRIMAVERA VERANO 20224 / #PFW

Publicado Originalmente por : VOGUE

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