El próximo ícono de Lima: arquitectura, arte, nuevos mitos y nuevos ritos en “nhow”

-Por Jessica Garibaldi-

por podium

En el corazón de Miraflores, uno de los distritos más vibrantes y cosmopolitas de Lima, ha abierto sus puertas el primer hotel nhow de la región. Y no es un hotel más. nhow Lima es una declaración de principios. Una pieza de arquitectura emocional que desafía las convenciones del lujo, abraza la herencia cultural del Perú y la reinterpreta con audacia desde una perspectiva contemporánea. Un hotel que no solo se visita, sino que se vive. 

Detrás de esta experiencia multisensorial está el estudio Capella García Arquitectura, con base en Barcelona y más de dos décadas creando espacios que combinan funcionalidad, arte y narrativa visual. Fundado por los arquitectos Juli Capella y Miquel García, el estudio ha dejado su huella en proyectos icónicos como el Hotel Omm de Barcelona o el restaurante Jaleo de José Andrés en Disney Springs, Orlando. En los últimos años, se han especializado en hospitalidad y ocio, con un enfoque que privilegia la identidad local y la singularidad expresiva. nhow Lima no es la excepción: es, quizá, su manifiesto más ambicioso hasta la fecha. 

  • Foto: Juli Capella y Miquel García – Capella García Arquitectura

 

Nuevos mitos, nuevos ritos 

“El proyecto de nhow Lima es un compromiso entre el respeto a la tradición y el deseo de incorporar una gran dosis de creatividad”, explican los arquitectos. Bajo el lema “Nuevos mitos, nuevos ritos”, el equipo buscó huir de los clichés turísticos o decorativos, apostando en cambio por una reinterpretación profunda, casi espiritual, de la mitología precolombina. El resultado es un hotel donde cada rincón encierra un símbolo, cada textura evoca un rito y cada espacio dialoga con el tiempo, el pasado y el ahora. 

Desde la fachada estilizada, moderna, con un gesto escultórico inconfundible, hasta el monumental atrio que recibe al huésped como una gran lámpara vertical retroiluminada, el diseño busca crear impacto, pero también conexión emocional. “No hemos buscado el lujo desde una perspectiva convencional”, aclaran, “sino que lo hemos reinterpretado desde una dimensión más emocional. Cada espacio está impregnado de referencias artísticas diseñadas para conectar con la sensibilidad del huésped curioso”. 

Cultura viva, no decorado 

La cultura peruana no es un telón de fondo en nhow Lima: es el alma misma del edificio. Pero no está citada de forma literal o folclórica. Aquí no hay postales ni souvenirs. En cambio, hay un trabajo profundo de decodificación estética y conceptual. Las líneas de Nazca, la cerámica Moche, los textiles Paracas, la iconografía Shipibo-Konibo… todas esas influencias están presentes, pero transformadas. 

“Nos alejamos de la copia y apostamos por la inspiración”, explican los arquitectos. Así, el patrón kené, inspirado en los laberintos Shipibo-Konibo, da forma a las moquetas de los pasillos y al revestimiento de muros. Las barandillas cromáticas del atrio evocan tejidos tradicionales. El baño de cada habitación, de un rojo profundo y envolvente, se convierte en un espacio de ritual personal, diseñado para el descanso energético. 

Colaboraciones locales, diseño con identidad 

La identidad del hotel también se construye desde lo colaborativo. Varios artistas y diseñadores peruanos participaron en el proceso creativo, aportando autenticidad y nuevas lecturas. En la entrada, una cortina del diseñador Pancho Basurco marca el primer gesto artístico. En el atrio, una escultura de llama con fuego interior —obra del artista Patrick Gardener— actúa como tótem central. Asientos de totora, textiles de Paracas, materiales nobles y locales: todo confluye en una estética que es a la vez contemporánea y profundamente arraigada. 

“El objetivo fue crear un espacio que guste, que se sienta cercano, y que perdure”, afirman. Una filosofía que responde también al principio de sostenibilidad, con mobiliario fabricado localmente, materiales reciclables y un enfoque de eficiencia energética. 

Escenografía milimétrica, experiencia total 

Ingresar al nhow Lima es una coreografía precisa. Desde el acceso hasta el welcome desk en el piso 3, pasando por el atrio, la terraza con piscina infinita o la espectacular Suite nhow —un compendio visual de toda la cultura peruana reinterpretada—, el recorrido ha sido diseñado como un guion cinematográfico. “Hay más de veinte tipologías de habitación”, revelan, “lo que nos llevó a ajustar cada detalle de forma meticulosa. Incluso el buffet de desayunos es en sí mismo una pequeña arquitectura”. 

Cada transición entre espacios genera una emoción distinta. Hay dramatismo, pausa, reposo, sorpresa. Como si el huésped fuera protagonista de su propia travesía simbólica. 

Un nuevo templo del ocio limeño 

Más que un hotel, nhow Lima se proyecta como un referente cultural para la ciudad. Un lugar donde la hospitalidad se mezcla con el arte, el diseño y el diálogo entre tradición e innovación. “Queremos que trascienda la experiencia de hospedaje”, aseguran sus creadores. “Que toque fibras en limeños y peruanos, que se reconozcan en sus mitos y paisajes, pero desde una mirada del siglo XXI. Que sea motivo de orgullo”. 

Y lo es. Porque en una ciudad que busca constantemente renovar su identidad, nhow Lima se levanta como un hito. Un nuevo mito urbano. Un espacio donde los ritos del pasado encuentran su lugar en el presente. Donde el diseño no solo se ve, sino que se siente.

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