Poliana Palhano, especialista en perfumería y gerente de Fragrance de L’Opéra, revela que las marcas de Japón, Corea y Vietnam crecen en ferias internacionales y comienzan a marcar el futuro de la perfumería de nicho.
Durante la última década, el mercado internacional de perfumería ha estado fuertemente influenciado por el auge de las fragancias árabes. Ricas en notas intensas —como oud, ámbar y especias—, conquistaron Europa, Estados Unidos e incluso Brasil, moviendo miles de millones de dólares en exportaciones.
Según la consultora Euromonitor, Medio Oriente fue una de las regiones con mayor crecimiento en ventas de perfumes premium entre 2018 y 2022, con incrementos superiores al 10 % anual.
Ahora, los especialistas señalan que este ciclo comienza a abrir espacio a una nueva tendencia: la perfumería asiática, liderada por marcas independientes de Japón, Corea del Sur y Vietnam.
París y Milán en el radar asiático
La especialista en perfumería y gerente de Fragrance de L’Opéra, Poliana Palhano, sigue de cerca los principales salones internacionales y explica este cambio de mercado: “El boom árabe ya pasó en Europa, y la nueva apuesta es la perfumería asiática. Marcas de Vietnam, China, Japón y Corea están creciendo rápidamente, con creaciones basadas en ingredientes como té verde, matcha y arroz”, comenta Poliana.
En la última edición del Esxence – The Art Perfumery Event, en Milán, este movimiento ya se hacía notar. “En el salón había todo un pabellón dedicado a la perfumería asiática, lleno de aromas exóticos y frascos delicadamente trabajados”, relata.
Ingredientes que traducen cultura
Mientras la perfumería árabe se apoya en la densidad y la opulencia olfativa, la perfumería asiática propone lo contrario: ligereza, frescura y espiritualidad. Ingredientes como matcha, té verde, arroz y flor de loto son protagonistas en las nuevas creaciones, reflejando un estilo de vida minimalista y equilibrado que inspira a muchas culturas asiáticas.
De acuerdo con un informe de Allied Market Research, el mercado global de perfumes alcanzará los 69,8 mil millones de dólares (aproximadamente 382 mil millones de reales) para 2031, impulsado principalmente por marcas independientes que exploran nuevas estéticas olfativas. Parte de este crecimiento provendrá precisamente de los países asiáticos, que hasta hace poco no tenían una representación relevante fuera de sus fronteras.
La fuerza de Corea y Japón
Corea del Sur, ya consolidada en el mercado global de belleza con el fenómeno K-Beauty, empieza a replicar el modelo en el sector de fragancias.
Según datos de la Korea Trade-Investment Promotion Agency (KOTRA), las exportaciones de cosméticos y perfumes surcoreanos crecieron un 16,1 % en 2023, impulsadas por la innovación y el diseño distintivo de sus productos.
Japón, por su parte, apuesta por la sofisticación y el minimalismo. Las casas japonesas han llevado a Europa perfumes que combinan tradición y modernidad, explorando materias primas naturales y técnicas artesanales de extracción.
Vietnam: la nueva sorpresa del sector
Entre los mercados emergentes, Vietnam llama la atención por su agilidad para lanzar marcas de nicho que conquistan a los jóvenes consumidores europeos.
Inspirados en la cultura local y en la herencia botánica del país, los perfumistas vietnamitas destacan por sus propuestas creativas y envases sostenibles.
Según Statista, el mercado vietnamita de fragancias superará los 544 millones de dólares (2,98 mil millones de reales) en 2025, y parte de esa producción ya está orientada a la exportación.
Una tendencia sólida para los próximos años
Para Poliana Palhano, el creciente interés del público europeo y la presencia de marcas asiáticas en los grandes eventos internacionales demuestran que no se trata de una moda pasajera: “Esto demuestra que estamos ante una tendencia sólida que se consolidará en los próximos años. La perfumería asiática aporta frescura, modernidad y una conexión cultural profunda —una propuesta que dialoga con el futuro del consumo global.”
El ciclo de la perfumería árabe marcó una era de intensidad. Ahora, la ligereza y delicadeza de la perfumería asiática asumen el protagonismo, señalando no solo un cambio olfativo, sino también cultural. El mercado global sigue de cerca esta transición, que definirá el futuro de las fragancias de lujo y de nicho en los próximos años.