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Muchos mitos y desinformación giran en torno a los carbohidratos, a tal punto de prescindir de ellos en la dieta diaria por miedo a “engordar”. No se puede decir que ningún alimento sea malo, ya que cualquier resultado depende de la cantidad que se consuma, eliminarlos no funciona a largo plazo y solo generará estragos en el metabolismo. Sandro Monzante, Head Coach de M2 Gimnasio Boutique, nos brinda algunos datos claves:
- La principal función de este grupo de alimentos es suministrarle energía al cuerpo especialmente al cerebro y al sistema nervioso. Proporcionan al cuerpo mayor “combustible” o carga energética que las proteínas o grasas.
- Lo importante es un consumo global de estos alimentos a lo largo del día y elegir los adecuados en momentos oportunos. Por ejemplo, los carbohidratos buenos que son de grano entero, naturales, altos en fibra y libres de azúcar añadida ayudan a saciar el organismo, por ser absorbidos lentamente. Mantienen el nivel de azúcar (glucosa en la sangre) equilibrado y estabilizan los niveles de insulina. Las mejores fuentes de carbo son: avena, quinoa y camote.
- ¿Engordan? Falso, si se consume estratégicamente. Puesto que contienen por gramo la misma cantidad de calorías que las proteínas. Además, prescindir de ellos por completo generaría que el cuerpo comience a utilizar la proteína como fuente de energía y no permitirá que cumpla su función: construir y reparar tejidos.
- ¿Se pueden consumir en la cena? Si antes se realizó una rutina de ejercicios intensa, serán el mejor aliado. Este es el momento en donde la sensibilidad a la insulina es más elevada y las células musculares son más receptivas. Por otro lado, consumirlos al iniciar el día es un buen momento también porque las reservas de glucógeno están agotadas casi por completo.