Siete meses ha tardado Pepa Salazar en realizar su colección cápsula para Bershka, una decena de modelos que se definen por los patrones deconstruídos, los drapeados y las asimetrías, es decir, sus señas de identidad. «Lo hemos hecho todo con muchísimo mimo. He ido a modelar, a trabajar las maquetas de los patrones, a volver a modelar sobre maniquí, sobre mi cuerpo, sobre el de otras chicas….porque al final lo bueno de esto es que he podido democratizar mi proceso, abrirlo a distintos tipos de cuerpos», explica la diseñadora, que también se ha encargado de diseñar las etiquetas, los maniquís y hasta la decoración de la tienda. En Bershka ya habían lanzado colaboraciones con artistas, de Bad Gyal a C. Tangana, pero es la primera vez que un diseñador realiza una colección con la firma del grupo Inditex. «Aunque en muchas partes del mundo no se nos perciba como españoles, somos una empresa española, así que era importante visibilizar a alguien nacional. Pero sobre todo la elegimos porque hay un vínculo, una tipología de chica que se siente segura llevando ciertas prendas», afirman desde la marca. «Sí, la chica Bershka siempre ha sido como joven y sexy, pero no es una sexualidad tradicional. En 2023 lo sexy se entiende como seguridad en el propio cuerpo, son prendas para gente que tiene las cosas muy claras», apunta la diseñadora.
Desde que debutó con su firma homónima en 2013, el trabajo de Pepa Salazar siempre ha girado en torno al patrón (ella misma se formó previamente en sastrería), piezas minimalistas con estructuras que juegan a ceñirse al cuerpo de formas diversas. «Siempre lo digo, quizá porque soy mujer tengo más empatía vistiendo a otras mujeres», comenta, «no me gusta diseñar desde el ego, crear una silueta e imponerla. Diseño sobre el cuerpo y pruebo sobre el cuerpo absolutamente todo, porque al final, el proceso es el que marca cómo es el producto final. Estos meses el equipo de Bershka lo ha sufrido», bromea, «pero un centímetro más o menos lo cambia todo para mí. Además, no hay nada más identificativo en un diseñador que su forma de crear la prenda».
En estos ultimos años, Pepa Salazar ha vestido a varias celebridades nacionales internacionales, aunque para la mayoría es conocida como la diseñadora fetiche de Rosalía, Creó para ella y sus bailarines las prendas que la artista usó en la presentación de Motomami y ella, naturalmente, ha sido la primera en estrenar la colección de Bershka, publicando en sus redes el bolso de carey que Salazar ha creado para la marca. Ajena a los circuitos tradicionales de la industria nacional (dejó de desfilar hace un par de años y siempre lo ha hecho fuera de la semana de la moda madrileña), la creadora valenciana está a punto de dar el salto a París. «No mudarme definitivamente allí, por el momento, pero si ir y venir. Al final, si queremos dar el salto fuera hay que estar allí, no se puede hacer desde aquí», opina.
Con precios entre los 50 y los cien euros, la colección se pondrá a la venta hoy a las 21 de la noche en una preventa previo registro a traés de la app de Bershka y el miércoles 23 en la web de la marca. Desde la compañia apuntan que este es el primer capítulo de una serie de colaboraciones, aún sin materializar, en las que les gustaría poner en valor el diseño de autor. Para Pepa, por supuesto, este proyecto supone un enorme escaparate. Tras una década apostando por una estética muy concreta y sin dejarse seducir por tendencias pasajeras, parece que el tiempo le ha dado la razón. «Y así mi estética se hace un poco más realidad», comenta, «porque mi accesibilidad como diseñadora es limitada. El hecho de poder llegar a más gente es un sueño».
Escrito originalmente por:
smoda