Maria Grazia Chiuri consigue adentrarnos en la tradición de la región italiana con música en directo, danza y diseños con una estética provenzal.El mundo de la moda ha cambiado debido al covid 19. Los impactantes desfiles en vivo se han cambiado por fashion films o desfiles retransmitidos en directo, sin embargo la magia no ha terminado. Esta semana estamos viendo las diferentes colecciones crucero de las casas de moda más reconocidas del mundo, dirigidas a las temporadas de entretiempo, entre el otoño-invierno y la primavera-verano. Y una vez más, no dejan de sorprendernos.Dior nos ha dejado sorprendidos de nuevo, con un escenario lleno de luces en la Piazza del Duomo de Lecce, en la región italiana de Puglia. ‘La Florencia del sur’, como muchos la denominan, no ha sido un lugar escogido al azar por la casa de moda. Para Maria Grazia Chiuri esta tierra tiene un significado de lo más especial, ya que en esta región nació su padre. La diseñadora, quería darle así un homenaje a su progenitor, ella misma comentó hace unos meses que esta colección se trataba de un proyecto muy personal. «Se lo quiero dedicar a mi padre porque me enseñó a creer en mí misma y en el futuro, incluso en tiempos difíciles».Debido a ese significado tan especial, el desfile online de la colección crucero 2021 de Dior ha desprendido absolutamente ¡magia!, empezando con el arranque de la danza de la Taranta, típica de la zona, siguiendo con el acompañamiento de la orquesta a las modelos durante todo el desfile. Y finalmente con la actuación del artista italiano Giuliano Sangiorgi.Colores como el negro, blanco o beige han destacado en la colección, también encontramos muchas prendas en color rojo y verde que hemos visto en forma de bordados de flores en faldas, vestidos y chaquetas. La colección mantiene una estética provenzal y rústica, con la que la diseñadora ha querido rendir homenaje al valor de la artesanía. Tampoco ha faltado en cuanto a complementos uno de los bolsos más famosos de la marca, el ‘Book Tote’, así como el nuevo bolso Bobby o los célebres corpiños de la firma.
